La política, deber Ciudadano

COLOMBIA

Artículo 22.- La paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento.

 Artículo 95.- La calidad de colombiano enaltece a todos los miembros de la comunidad nacional. Todos están en el deber de engrandecerla y dignificarla. El ejercicio de los derechos y libertades reconocidos en esta Constitución implica responsabilidades.

  1. Toda persona está obligada a cumplir la Constitución y las leyes.
  2. Son deberes de la persona y del ciudadano:
  3. Respetar los derechos ajenos y no abusar de los propios;
  4. Obrar conforme al principio de solidaridad social, respondiendo con acciones humanitarias ante situaciones que pongan en peligro la vida o la salud de las personas;
  5. Respetar y apoyar a las autoridades democráticas legítimamente constituídas para matener la independencia y la integridad nacionales;
  6. Defender y difundir los derechos humanos como fundamento de la convivencia pacífica;
  7. Participar en la vida política, cívica y comunitaria del país;
  8. Propender al logro y mantenimiento de la paz;
  9. Colaborar para el buen funcionamiento de la administración de la justicia;  
  10. Proteger los recursos culturales y naturales del país y velar por la conservación de un ambiente sano;
  11. Contribuír al financiamineto de los gastos e inversiones del Estado dentro de conceptos de justicia y equidad.
Cómo Entutelar: 

ARTÍCULO 86.
Toda persona tendrá acción de tutela para reclamar ante los jueces, en todo momento y lugar, mediante un procedimiento preferente y sumario, por sí misma o por quien actúe a su nombre, la protección inmediata de sus derechos constitucionales fundamentales, cuando quiera que estos resulten vulnerados o amenazados por la acción o la omisión de cualquier autoridad pública.
La protección consistirá en una orden para que aquel respecto de quien se solicita la tutela, actúe o se abstenga de hacerlo. El fallo, que será de inmediato cumplimiento, podrá impugnarse ante el juez competente y, en todo caso, este lo remitirá a la Corte Constitucional para su eventual revisión.
Esta acción solo procederá cuando el afectado no disponga de otro medio de defensa judicial, salvo que aquella se utilice como mecanismo transitorio para evitar un perjuicio irremediable.
En ningún caso podrán transcurrir más de diez días entre la solicitud de tutela y su resolución.
La ley establecerá los casos en los que la acción de tutela procede contra particulares encargados de la prestación de un servicio público o cuya conducta afecte grave y directamente el interés colectivo, o respecto de quienes el solicitante se halle en estado de subordinación o indefensión.
 
 


Niños ala política o a la cárcel:


Los niños y los jóvenes exigen sus derechos, pero cumplen los deberes, pues eso es lo que el congreso quiere con dos proyectos de ley desean que ellos elijan y puedan ser elegidos como ediles, concejales y diputados. Pero al mismo tiempo  el otro proyecto de penas que cursa en el congreso  espera que se aumenten las penas para los menores entre los 14 y 18 años de edad Y de no aprobarse este proyecto los jóvenes podrán ser elegidos pero no juzgados  


Cambiar al mundo sin tomar el poder
Hacia otra forma de hacer política
por Frank Bracho*
Para los tiempos en que vivimos, la consigna “Cambiar al mundo sin tomar el Poder” suena a herejía. Vivimos en un mundo en el cual toda lucha parece en definitiva siempre definirse en torno a una lucha por el Poder.



"La gloria no es mandar sino ejercitar grandes virtudes"
Simón Bolivar
"Esta ocurriendo por todas partes: resulta que el poder no es tan poderoso como dice que es"
Eduardo Galeano

Origen de la noción “Cambiar al mundo sin tomar el Poder”

Para los tiempos en que vivimos, la consigna “Cambiar al mundo sin tomar el Poder” suena a herejía. Vivimos en un mundo en el cual toda lucha parece en definitiva siempre definirse en torno a una lucha por el Poder. Irvin Kristol, Padre del movimiento ideológico neo-conservador hoy al mando en Estados Unidos, singular mezcla de “ex-izquierda liberal” con “derecha conservadora”, ha pretendido darle visos de verdad universal a lo anterior con el siguiente aserto: "Todo movimiento en las artes en la religión o en la politica persigue la toma del poder..."
El tema en disputa, en su esencia, es la toma del poder. En el mundo actual, en pos del Poder se compite en elecciones, se ponen o quitan gobiernos, se busca el control de organizaciones, e incluso se recurre a la violencia. Hasta gente independiente muy progresista trabajando en favor de los excluídos o pobres ha adoptado el lenguaje del Poder hablando ahora de que hay que “empoderar” (tomado del inglés to empower) a los pobres-excluídos para sacarlos de su situación.
Sin embargo, la contestaria –y a primera vista desconcertante- consigna de “Cambiar al mundo sin tomar el Poder” ha venido ganando adeptos en forma creciente. Particularmente en una nueva generación de movimientos sociales en la que confluyen actores tan diversos como los neo-zapatistas de México (pioneros en el lanzamiento de la consigna), los piqueteros argentinos, los Sin Tierra de Brasil, y el Foro Social Mundial –nuevos actores de no poca monta que han impactado ya la forma de hacer politica a nivel regional y global.
El “Poder” al cual se refiere principalmente la consigna es en efecto el “poder politico”, como valor en si mismo, como fuente de pautas o dirección, como panacea; y en particular, “el poder del Estado”. Esto último una gran herejía en verdad para un mundo político que ha centrado su razón de ser en la lucha por dicho poder. Herejía para “la derecha”, formalmente interesada en minimizar el Estado pero no en prescindir de los beneficos del control político del mismo para “la plena libertad económica”. Herejía aun mayor para “la izquierda” , interesada en destacar todas las bondades del control del Estado parahacer la revolución frente al libertinaje insensible del capitalismo”. Un libro de un catedrático irlandés de la Universidad de Puebla en México, John Holloway, bajo el título “Cambiar al Mundo sin Tomar el Poder: El siginificado de la Revolución Hoy”, ha hecho mucho por poner el asunto en el debate ideológico internacional. La obra acaba de ser publicada en Venezuela por Vadell Hermanos (luego de ediciones en México y Argentina). La lectura del comentario de los editores deja claro el caracter radical de su planteamiento:"Que se vayan todos y no quede ni uno sólo”...! Qué bello sueño! Imagenémoslo: Un mundo sin políticos, sin sus amigos capitalistas, sin Estado, sin capital, sin poder... la gramática de los periódicos y de los medios, la gramática del análisis político, sea de derecha o de izquierda, es una gramática de poder, y sólo puede conducir a la sustitución de un poder por otro. El grito “Que se vayan todos !” apunta mas allá del poder, y nos enseña otra gramática, otra forma de pensar, otro concepto de la realidad."
Holloway, quien se ha centrado en el vanguardista aporte de los zapatistas sobre el tema, ha reseñado el asunto en los siguientes términos: "El llamado zapatista a construir un mundo nuevo sin tomar el poder ha tenido una repercusión extraordinaria. Esta repercusión está relacionada con el crecimiento en los ultimos años de un espacio anti-poder... Esta es una area en que las antiguas distinciones entre reforma, revolución y anarquismo ya no parecen relevantes, simplemente porque la pregunta de quien controla el Estado no ocupa el centro de la atención. Existe una pérdida de la perspectiva revolucionaria no porque las personas no anhelen un tipo de sociedad diferente sino porque la antigua perspectiva probó ser un espejismo. El desafío propuesto por los zapatistas es el de salvar a la revolución del colapso de la ilusión del Estado y del colapso de la ilusión del poder. "
Holloway coloca al pecado-ilusión del Estado en la misma categoría del pecado-ilusión del capital: el concepto de la acumulación como un fin o valor en si mismo. En el caso del Estado se trataría de la acumulación o centralización del poder político. La acumulación es algo anti-natura nos dice Holloway pues se opone al movimiento que siempre debe existir en todo lo concerniente a la Vida (esto último, en plena coincidencia con los valores indígenas–añadiríamos nosotros).
Por tanto, se convierte en un fetiche, algo alienante, y deviene inexorablemente en opresión. En las propias palabras de Holloway: "El Estado por su existencia misma es una forma capitalista, una forma de apropiar nuestro hacer, una forma de decirnos: ustedes no pueden hacer, déjennos a nosotros que hagamos."
Quizás por hablar desde el propio marxismo, como adepto al mismo, el planteamiento de Holloway ha causado las peores “ronchas” en algunos sectores de la “clásica” izquierda. Éstas han sido algunas las reacciones desde dicho ámbito –sin citar otras mas virulentas: “No plantearse la toma del poder es mostrar debilidad” (Jaime Petrás), “la de Holloway es una tesis virtual, para el ciberespacio” (Tariq Ali), “conduce a la derrota”(Raúl Dri), “alejar las masas del poder es hacerle el juego a las clases dominantes” (Partido Comunista Revolucionario de Argentina), “Holloway y los defensores de la no toma del poder estatal son reformistas pequeño-burgueses” (Partido de los Trabajadores Socialistas de Argentina). Sin embargo, en la “nueva izquierda” el libro de Holloway ha suscitado gran atención y generado una interesante nue
sión.